Por Teodoro Rentería Arróyave (*)
Ciudad de México, 1 sep (Prensa Latina) Ahora sí que lo dijimos «desde endenantes», más serios: desde un principio afirmamos que los dados del llamado Frente Amplio por México estaban y estuvieron cargados a favor de Bertha Xóchitl Gálvez Ruiz.
Esto de ninguna manera era de extrañar, puesto como también lo dimos a conocer, el verdadero mandamás en el partido de las derechas de ninguna manera es su presidente formal, Marko Cortés, quien dicta las órdenes o decisiones políticas es Ricardo Anaya (aspirante presidencial por Acción Nacional en 2018) desde su escondite de prófugo de la justicia.
Entonces qué es lo de extrañar o de sorprender, nada. El antiguo poderoso partido hegemónico, el Revolucionario Institucional (PRI), y el de la Revolución Democrática (PRD), que algún tiempo se volvió orgulloso triunfador, cayeron en el estigma del rechazo ciudadano, ambos por sus torpezas, por sus abusos y sobre todo por sus acciones corruptas.
En consecuencia, si no se plegaban a esta farsa de la selección de la candidata o candidato de la antiguamente llamada Alianza Opositora, simplemente les llegaría la debacle, sólo así, suponen sus dirigentes, es posible que no pierdan su registro de partidos políticos y con ello sus prerrogativas millonarias, vía el Instituto Nacional Electoral (INE).
¿Qué ha resultado de todo esto? El resquebrajamiento de ambos partidos con una serie de renuncias de sus cuadros más conocidos, la última es la del diputado federal Pedro Armentía López.
Es de pena ajena como sobajaron a todos y a cada uno de los contendientes de la Gálvez Ruiz, primero los dos perredistas, Miguel Ángel Mancera Espinosa y Silvano Aureoles Conejo, y por los priistas, Enrique de la Madrid Cordero. La que aguantó hasta el final, Beatriz Paredes Rangel, la más preparada de los seis precandidatos.
Desde luego Santiago Creel Miranda, quien estaba de forma supuesta en el tinglado, y por eso su renuncia fue a favor de su «compañera de partido y de sección», como se decía de antaño, la senadora hidalguense.
Los medios todos, dieron a conocer que el PRI, sin rubor alguno de su dirigente Alejando «Alito» Moreno y antes de conocerse el resultado de las encuestas, dio su apoyo completo a la aspirante panista Xóchitl Gálvez para que encabece la candidatura presidencial el año que viene bajo las siglas del Frente Amplio por México.
Beatriz Paredes, en un último intento de pundonor, exigió a su «líder» esperar los resultados de auscultación «maniobrera», y luego en una declaración tardía, afirmó al final de su debacle: «La guerra sucia esparció la falsedad de que mi invalidez es permanente».
En efecto, explica el diario El País, aunque por televisión no siempre se veía a Beatriz Paredes que caminaba con bastón y a ratos en silla de ruedas desde el accidente que le ocasionó una fractura de tobillo en 2021. Un invalidante físico que ha mencionado en primer lugar entre las dificultades que han jalonado su trayectoria.
Nosotros sólo afirmamos que, en verdad, es una tristeza cómo ha terminado la vida política de la amiga Beatriz Paredes Rangel, sin duda de todos los participantes en la farsa del Frente opositor, la más inteligente y preparada.
Que descansen en la paz el PRI y el PRD y que el Frente siga con su nombrado director de seguridad, el indiciado Francisco García Cabeza de Vaca. Los dados estaban más que cargados.